Tema: LECTURA Y ESCRITURA EN EL AULA
Grupo N°: 14:
Fernández María Victoria
Dramisino Amira Antonella
Zini, María Virginia
Cada día son muchos los niños que se interesan poco por la práctica de leer y escribir o lo que es peor, no comprenden aquello que leen. Por lo cual es primordial que la acción educativa centre su atención en promover la lectura y escritura como una herramienta necesaria, dado que es vital para obtener conocimientos y desenvolverse en la sociedad. Es lamentable que la motivación por la lectura parezca ser cada día más reducidas. Dicho esto, podría afirmarse que leer, además de influir de forma directa en el proceso de aprendizaje, fomenta hábitos en la persona tales como: reflexión, análisis e incluso sirve de entretenimiento.
En concordancia con lo anterior, Garzón (citado por Belinche, 2008) señala que:
"Necesitamos formar lectores para interpretar la información y valorar debidamente lo que se lee, categorizar los datos y reconocer las intenciones de quien escribe. Hace falta entrenar a nuestros alumnos en las prácticas de lectura y para las prácticas de lectura, hacen falta libros."
Es por esto que, para hacer cada día más eficaz el proceso de la lectura y escritura, es preciso transformar las prácticas pedagógicas. Que leer y escribir se convierta en una rutina apasionante donde el maestro y el alumno participen de forma activa, involucrarse en el contenido, es decir, situarse en el texto y escribir la opinión sobre éste para poder comprenderlo.
Son muchos los factores que influyen en el bajo rendimiento académico y en el poco interés por acudir al aula; uno de ellos es la falta de apropiación de la cultura letrada. Asimismo, muchos estudiantes van avanzando de grado sin consolidar un mínimo de competencias lectoras. Terriblemente, muchos de estos niños ingresan a la educación secundaria sin pronunciar de manera correcta algunas palabras cuando leen, y así las actividades de comprensión lectora no son efectuadas de forma eficaz lo cual es producto de no habérseles inculcado desde sus inicios en la escuela el hábito de leer como un proceso indispensable en su formación.
No es concebible el aprendizaje sin lectura, puesto que dicha lectura está presente en todas las asignaturas que forman parte de los programas educativos y en todas las actividades que el docente propone en su práctica pedagógica.
Por otro lado, en sus rutinas pedagógicas se observa el poco tiempo de la jornada que los educadores dedican a leerles a los niños, aun cuando saben que luego de efectuar una narración se les pueden hacer preguntas para desarrollar su capacidad de comprensión lectora, algo que incide notablemente en el rendimiento académico de éstos en todas las asignaturas.
Entonces, no se trata de “leer por leer” o de “escribir por escribir” sino de lograr el entendimiento de aquello que se lee y escribe, lo cual se logra únicamente a través de la interpretación y reflexión. Comprender el contenido de un escrito es saber su intención o propósito, lo que se descubre dependiendo de la motivación del lector. Esto nos lleva a considerar que, a su vez, la comprensión del texto es fundamental si se quiere mejorar o facilitar el proceso de lectura en los alumnos.
En relación a esto último, es fundamental ayudar a los estudiantes a asimilar la información, para ello se requiere aplicar estrategias de comprensión lectora que les permitirán interpretar el texto. Una buena manera es escribir su interpretación de lo leído, para que no solo verifique su capacidad de análisis y síntesis de los materiales, también para que atienda a la ortografía y la redacción. La intención es que desde pequeños se forme al lector para leer, releer y luego escribir desde la hermenéutica.
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