Lectura y Escritura en el aula
LECTURA Y ESCRITURA
DIGITAL
Módulo ll
Grupo n° 16:
-
Alegre,
Luciana
-
González,
Florencia Natalia
- López,
Daiana Antonella
-
Piris,
Bárbara Camila
-
Tournier,
Alvaro Manuel Gastón
Año lectivo: 2021
LECTURA Y
ESCRITURA EN EL AULA
La lecto-escritura es
un proceso dual desarrollando hace milenios
en la historia de humanidad, por lo tanto, resulta ser una actividad adquirida
importante que consta de múltiples
ventajas, cómo se contará a continuación.
Para comenzar, es necesario destacar algunas de las
funciones sociales que históricamente se le han otorgado a la escuela:
socialización, transmisión e integración cultural. En efecto, la transmisión de
códigos y signos se volvió esencial dentro del aula, para lo cual la enseñanza
de la lectura y escritura continúa siendo indispensable. Ambos procesos
cognitivos contribuyen a la comprensión, producción y expresión del sujeto aprendiente,
quien al desarrollar capacidades en lecto-escritura dispone de herramientas que
le permiten una correcta comunicación y expresión de ideas, permitiendo la formación
de una identidad autónoma e independiente.
Desde el primer
momento en el que el sujeto nace, se halla rodeado de elementos culturales que debe
internar internalizar mediante su capacidad de adaptación y asimilación; es
entonces, que la lectura y escritura se hace presente, a modo de garabatos,
dibujos o balbuceos se refleja en los sujetos que comienzan sus años en la
escolaridad. Los docentes parten del aquellas primeras manifestaciones, las
cuales complejizan mediante recursos y estrategias adecuados, para lograr la
enseñanza de todo aquello que conforma la lecto-escritura.
Según Olga Patricia
Salamanca Díaz, “la lectura como la escritura, se convierten en el verdadero
camino hacia el conocimiento ya que por medio de estos procesos, se logra la
capacidad de pensar, de analizar, de criticar un texto, de crear, soñar y, lo
más importante, la posibilidad de expresarse con facilidad. Estas habilidades
que se adquieren ayudan a comprender mejor el mundo que circundante, implica
más que asociar letras y sonidos, pues los niños desde muy pequeños saben leer
y escribir a su modo, realizan garabateo que tiene un significado para ellos,
ven comerciales, dibujos, gráficas, y saben los nombres de sus dulces
favoritos, programas de televisión, letreros que observan en la calle los
reconoce por sus colores.”
La lectura
consta, básicamente, de cuatro pasos: la visualización (un proceso discontinuo,
ya que la mirada no se desliza de manera continua sobre las palabras), la
fonación (la articulación oral, consciente o inconsciente, a través de la cual
la información pasa de la vista al habla), la audición (la información pasa al
oído) y la cerebración (la información llega al cerebro y culmina el proceso de
comprensión).
La escritura en tanto
un proceso. Es decir, algo con lo que no nacemos sino que se va sistematizando
a lo largo del tiempo y que mejorará (o no) en la medida en que lo practiquemos.
Las razones que impulsan la escritura, son múltiples. Van de lo intelectual,
social, cultural a lo estético y lo moral. Esto, precisamente por los
indiscutibles beneficios que se derivan: placer estético, instrucción, trabajo,
aprendizaje, medio para ordenar o clarificar ideas, etc.
Leer y escribir, dos
términos que se hacen familiares para estudiantes y docentes; que trascienden
con una función esencial respecto al lenguaje, y que cobran vida más allá de
los ámbitos de la educación formal como acciones necesarias del ser social; que
incitan transformaciones cognitivas y que implican encontrar las relaciones que
entretejen significados y que nos permiten entre otras cosas, comprender y comunicar.
En relación a
las nuevas tecnologías, en internet podemos transformarnos en autores, donde el
acto de escribir se vuelve interesante y entusiaste. López Carrasco, M. (2008)
afirma: “La red somos todos y para todos; la nueva red es abierta,
democrática, flexible, compleja, diversa, participativa, descentralizada,
lúdica, amena y poco solemne. La red ha generado una comunidad de aprendices y
maestros que tienen acceso y cuentan con
nuevas competencias para compartir y contribuir con ideas a través de las
diversas aristas que actualmente ofrece Internet”.
Ahora bien podemos distinguir tres ámbitos concéntricos en la
alfabetización: la alfabetización tradicional, centrada en la capacidad de usar la relación habla-escritura;
la alfabetización funcional, centrada en las
capacidades comunicativas de usar la lectura y la escritura de modo eficaz (comprender
y distinguir ideas generales y secundarias, interpretar, hacer inferencias,
entre otras) en el mundo letrado analógico, y la alfabetización digital, centrada en las
capacidades específicas que impone el soporte digital en el uso de la escritura.
Llevar los procesos de alfabetización en sus tres ámbitos
concéntricos al aula es un hecho, esto debe ser imprescindible para lograr de
forma progresiva que los estudiantes vayan adquiriendo y perfeccionando sus
técnicas, habilidades y capacidades. Aprovechar el formato digital con el que
contamos hoy en día y saber explotarlo al máximo para el fruto de obtener niños
y jóvenes con grandes cualidades interpretativas, innovadoras e imaginarias.
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